martes, 7 de julio de 2020

Aplicaciones ondas electromagnéticas (I): microondas

La radiación electromagnética es un tipo de campo electromagnético variable, esto es, una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes, los cuales se propagan a través del espacio transportando energía de un lugar a otro. Está compuesta por ondas electromagnéticas y, a la distribución energética del conjunto de estas ondas se le denomina espectro electromagnético. Dicho espectro se extiende desde la radiación de mayor longitud de onda (por tanto, menor frecuencia), como son las ondas de radio, pasando por las microondas, la radiación infrarroja, luz visible y radiación ultravioleta, hasta llegar a las ondas de menor longitud de onda (por tanto, mayor frecuencia), como son los rayos X y los rayos gamma.

El conjunto de ondas electromagnéticas tiene distintas aplicaciones en nuestro día a día. En este caso, nos centraremos en las ondas microondas y su principal aplicación: el horno microondas.
Los hornos microondas tienen en su interior un dispositivo eléctrico, magnetrón, que produce microondas de alta intensidad, las cuales transporta hacia un ventilador para que se transmitan al compartimiento donde se coloca la comida. Los alimentos contienen, en mayor o menor medida, moléculas de agua que son polares: tienen un polo positivo y otro negativo, como un imán. Las microondas actúan creando un campo electromagnético en el cual se sitúan las moléculas de agua. Pero la orientación de este campo cambia millones de veces por segundo, lo que hace que las moléculas de agua giren y este movimiento se traduce en un aumento de temperatura por fricción entre ellas, que se puede transmitir a moléculas vecinas no polares mediante choques, hasta que todo el alimento se calienta. Entonces, como las microondas no tienen ningún efecto sobre las moléculas sin polos (p.ej. plásticos) estos no se calientan. Lo mismo sucede con partículas polares sin movimiento, como la sal, el vidrio, la porcelana, ...
Y además, las paredes del interior del horno están recubiertas de metal para que la radiación se refleje y no se escape, haciéndolo muy eficiente y suponiendo una medida de seguridad hacia el exterior.

Consideraciones a tener en cuenta para el uso de microondas y por qué
  • No se deben colocar objetos metálicos en su interior ya que, como hemos dicho, el metal refleja las microondas. Las corrientes eléctricas inducidas son lo suficientemente fuertes para calentarlas y hacer que se fundan o se evaporen en una pequeña explosión. Además, las superficies metálicas están provistas de aristas o puntas, y se pueden producir chispas eléctricas que saltan por el aire y pueden llegar a producir pequeños incendios.
  • Tampoco se debe usar el horno microondas vacío, pues las ondas generadas no encuentran ningún material que calentar de modo que crecen progresivamente en intensidad, hasta que terminan por rebotar hacia el elemento que las genera produciendo así una seria avería. También se puede dar lugar a cierta fuga de microondas, saliendo las mismas por lugares por los que normalmente no saldrían, como las juntas de las puertas del microondas.

Ahora ya conoces una de las aplicaciones de las ondas electromagnéticas, en un objeto tan cotidiano en nuestras vidas. Hay muchas más aplicaciones presentes en nuestro día a día para el resto de ondas electromagnéticas. ¿Quieres conocerlas? Presta atención a próximas entradas y ya sabes, para cualquier duda o cuestión que queráis aportar, os esperamos en los comentarios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario